![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit5mvberbw35vnNTguxCtKXjikvrW9d5SizZ1oloA2yp7syaaBg8PsHiJdBfllD1pwDP1JMSa3Zzn4aLPZE6nyIOthy_6kZyS1l38o_F-Ovk9UWWZGkq4GDrSboy0hDHFB2fFSTVX9DrQ/s400/ph.jpg)
Ya no duele, ahora sólo queda la duda de si las palabras que un día te regalaron importan o no. Pero ya no duele, y puedo respirar sin que el plomo pese en mis pulmones. Arrepentirse de algún paso es ahora un absurdo y no procede pensar en haber recorrido otro camino distinto. No queda nada por hacer excepto quitarme de encima los restos de un fango que me estaba consumiendo, y por fin he conseguido lo más difícil; vomitar la bola de pena que se alimentaba de mis castillos y del nacimiento de mis sentimientos. Que estamos encadenados y condenados por un 'tic, tac' al que no le importa nada en absoluto lo que podamos padecer, que no se va a quedar parado esperando a que nos apetezca aprovechar lo que somos y lo que tenemos. Y me queda mucho que reconstruir pero, como ya no duele, es más fácil. Más fácil mirar a la cara a quien antes me costaba, más fácil sonreír sin sentir que lo hago de forma forzada y más fácil dormir porque no oculto verdades incómodas a quien no se las tengo que ocultar. Ya no duele y ahora bailo porque quiero, no porque lo necesite, vivo porque quiero y no porque no me quede otra opción. Y todo es más fácil porque ahora sé que me debo muchas cosas que no me he dado y que ahora me voy a comer con patatas... ya no duele, sólo pica cuando recuerdo.