viernes, 30 de mayo de 2008

Ebullición

Pensemos en decrecer. Porque no sé dónde meterme y porque cuanto más pequeño sea más parapetos hallaré. Pensemos en que no hay nada porque una nada inicial nunca acarrea infelicidad. Pensemos, sopesemos y tropecemos con la cretina esperanza. Dicen que es lo último que se pierde... falso. Después hay una pérdida final.
Ahoguémonos en el vaso medio lleno del optimismo. O en el necio mar del pesimista eterno. Hagamos lo que nos venga en gana, que nos va a dar igual. Construyamos la destrucción que creamos merecer, o la que queramos padecer, que viene a ser lo mismo. Cualquier cosa con tal de conseguir apaciguar y rechazar el odio. Lo que sea necesario para equilibrar los pesos de la balanza...
Cualquier cosa suena demasiado contundente, mejor pensemos en decrecer de forma humilde y desapercibida, sin sentirnos orgullosos de nada y sin avergonzarnos por realizar nuestra individualidad (siempre que no agredamos libertades ajenas).
Voy a meterme en la nevera, a ver si me deja de hervir la sangre...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Manu, por mi experiencia se que la esperanza es lo ultimo que se pierde, y aunque la vida nos de 1.000 ostias y de las gordas a veces, de todo se sale.- "Si no existieran los malos momentos no apreciariamos los buenos".
Mil besotes, Evix.