lunes, 10 de diciembre de 2007

Plaza Brothers

(mi hermano y yo mirando a... ¿Dios?)
Al final mi periplo jiennense no me dejó mal sabor de boca (pero sí el White Label). Legué el viernes al hotel después de haber dormido durante el viaje y al adentrarme en la cafetería divisé al típico grupo de familiares/amigos de familiares que hace tiempo que no ves (unos más que otros). Imaginadme saludando como 20 minutos y acertaréis... porque además si hace quince años que no ves a alguien a quien aprecias, el momento del saludo puede alargarse algo más. Son típicas la frases del palo de "si te veo por la calle no te conozco" y tal. El caso es que tanta emoción desencadenó en mi una sed un tanto salvaje y me acerqué con celeridad a la barra a pedir el primer tercio de cerveza vocalizando de forma un tanto extraña. En qué momento... Fue el comienzo del fin... os ahorro unas seis horas y finalizo diciendo que mi hermano me encontró dormidito en el Sr. Roca y que fue la anécdota recurrente y jocosa (también llamada "coña") del resto del viaje. Menos mal que mi hermano es un ángel y reprimió sus ganas de inmortalizar vía cámara aquella imagen (en cierta forma los disuasorios pudieron ser los vapores etílicos que de mi emanaban).
La boda transcurrió como todas. Fue divertido, hablé con muchos y mi hermana estaba de lo más bello vestida de novia. Y lo de la noche anterior no era excusa para negarme a disfrutar de la barra libre y acabé hasta siendo el encargado de la música del lugar... típico momento surrealista de esos que pasan...
Lo único malo fue que regresé a casa con una especie de desazón en mi interior producida por algo que no he identificado aún.
Este ha sido el resumen resumido de la boda de mi hermana... saludos a todos

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