viernes, 14 de diciembre de 2007

Vida=sen(x)...Trigonometría aplicada al día a día

Las matemáticas nos rodean y conforman de manera pavorosa. Por poner un ejemplo nuestra vida y su transcurrir son un fiel reflejo de la representación gráfica de la fórmula trigonométrica "y=sen(x)". Es un constante fluir de altibajos. Momentos perfectos en los que no cabes en ti y eres la persona más afortunada del mundo contra úes en las que en su límite más profundo te hallas bajo toneladas de miseria, tristeza, cobardía y puñetera frustración. No le descubro nada a nadie y no estoy intentando dar lecciones de matemáticas (no soy el más indicado con mi 1.8 en el examen de selectividad), sólo lo digo para recordarme otra vez que esto es lo que hay y que todos nos encontramos en las manos del complemento circunstancial que nos moldea y remenea según le parece. Lo interesante y bonito de esto es que siempre acabamos por enfrentarnos a los vaivenes que la gráfica tiene en su eje 'y' (eje vertical) mientras recorremos desde el menos infinito hasta el mas infinito el eje 'x' (que es el eje horizontal y que comparo con nuestro nacimiento y muerte). Como decía, nos tenemos que enfrentar a circunstancias de muy diversa índole y de variable grado dramático. Por ejemplo, todo el mundo se topa con indeseables que pretenden pisarnos mintiendo acerca de nuestros actos a aquellos que nos quieren (y queremos), y para colmo habiéndose disfrazado antes de amigos nuestros. También te hacen escurrir y caer a merced de la fuerza gravitatoria ésas relaciones sentimentales que creías perfectas (y con la persona perfecta) pero que sin haberlo visto venir se rompen con la facilidad con la que se rompe un enlace por puente de Hidrógeno que une dos átomos de Oxígeno. No hablemos de los baches que uno tiene consigo mismo porque sí, o de las dificultades económicas, o de enfermedades... hay una lista cuantitativamente insondable de desgracias cualitativas. Por eso son tan necesarios los buenos momentos. Esos en los que nos convertimos en payasos y nos reímos hasta el dolor, o los que decides darte algún capricho, o en los que alguien te da las gracias porque has conseguido hacerle sonreír o simplemente olvidar, o cuando consigues alguna meta o disfrutas viendo una película, leyendo, dibujando, escribiendo o escuchando una canción que te hace estremecer... sí... la lista de buenos momentos es tan infámemente larga como la de los malos, pero es infinitamente mejor y más aún si la compartes con gente que de verdad merece la pena. Sepamos explotarla y exprimir la satisfacción de la efímera felicidad momentánea, porque es una buena forma de estar en el 'alti-' y no en el '-bajo'.
Decirlo es fácil, intentarlo es enfrentarse con un par de huevos a la realidad (perdón he dicho 'huevos', quería decir 'cojones'). Adoro a mi gente

3 comentarios:

Lostnilwen dijo...

PIrada matemática de pinza y no exenta de razón. Lo que se te olvida es que de todo puedes aprender. A veces caer en la miseria, hundirte y regocijarte en tu mierda es lo mejor que te puede pasar...aunque sólo sea para ver claramente aquello por lo que no quieres volver a pasar. Y ese conocimiento es valioso porque hace que los próximos bajos sean menos bajos. Ya que no podemos cambiar la fórmula matemática, al menos hagamos que las curvas sean más suaves y llevaderas.

Alcaudón dijo...

Completamente de acuerdo, aunque sea duro asimilar que posiblemente la mejor forma de aprender sea levantarse de las caídas. Pero aquí estamos para eso, para saber renacer enfrentándonos a lo malo para disfrutar y construir lo bueno. Así nos conocemos y nos estudiamos. Logramos saber de nuestras flaquezas, y controlar los miedos que antes no conocíamos...

Anónimo dijo...

Pues definitivamente, la mayor parte de lo dicho es verdad, y como dices tal ves no sea la mas indicada para comentarlo, pero por desgracia he tenido pesimos catedraticos de matematicas, y gracias a cualquier otra cosa como paseos o comprando libros he conseguido pasar con muy buenas calificaciones, aunque ahora eso no me esta sirviendo de mucho y bueno en fin me siento un tanto frustrada...
Pero nada puede ser facil verdad, en fin hay que hecharle mil ganas para seguir aprendiendo de nuestros errores.