Regresamos (casi) sanos.

Impresionante. No recuerdo mucho de mi viaje (más bien de las noches) a Finlandia, pero se ha grabado en mi la sensación de quererme ir a vivir allí.
Llegué al aeropuerto de Helsinki bien cansado después de vivir el viernes 15 una reacción alérgica bastante alarmante (gracias, Lostnilwen, por haber estado a mi lado en urgencias durante unas cuántas horas), irme al conciertazo de Queens of the Stone Age (sin haberme echado una siesta), acto seguido al cumpleaños de Lostnilwen (dónde nació un proyectazo que triunfará... para saber más pasaos por el blog de Madame M) y de allí irme sin dormir y medio borracho a Barajas. Pues al llegar a Helsinki nos fuimos pitando macutos al hombro y bien abrigados hacia casa de un colega que nos acogió amablemente . Alli empezó la odisea etílica cuando nos hicimos acopio de casi una treintena de birras de distinta marca (había que probarlas todas) y un poquito de whiski. Salimos ya bien cociditos por la noche (sin haber maldormido más que en el avión) a una fiesta de estudiantes en un sitio que no sé dónde está... en fin... conocimos a gente maja y continuamos la fiesta en un garito de nombre 'REDRUM' en el que ya perdimos la cuenta de las cervezas y de los chupitos de Jager-Maister que pudimos ingerir y que en mi hizo un efecto estupendo porque veía doble, y claro ver a las finesas con sus gemelas al lado es una experiencia cuasi religiosa. Acabamos la noche no sé cómo, pero sí que sé que al parecer nos fuimos en tren de regreso a casa haciendo el ganso (que es que nos juntamos una pandilla de cuatro que no os podéis imaginar). Nos despertamos el domingo un tanto tocadetes y con alguna laguna de la noche anterior, pero dispuestos a irnos en barco a Tallin aunque el plan se truncó por la falta de barcos hacia dicho locus.
Decidimos entonces quedarnos una noche más en Helsinki y comprar un billete para lunes en el ferry hacia Estocolmo. La noche del domingo hicimos lo mismo que la del sábado pero un poco más ebrios y en un garito distinto llamado 'ONELA'... en el que hice un poco el capullo (como siempre en estos casos) en un momento clave que podría haber sido estupendo para mi. A la salida del garito nos fuimos arrastrándonos a casa otra vez en tren. (lo sé porque vi las fotos, que si no....). El lunes rumbo a Estocolmo en un viaje de 17 horas de duración en un ferry enorme que por dentro parecía una ciudad con sus bares y discotecas y supermercados y... vamos, un barco infame. Hicimos compra en el barco, sobre todo de alcohol ya que teníamos que comprarlo para nuestra estancia en Estocolmo, que allí está carete... pues por la noche nos la volvimos a agarrar primero en el camarote y luego desbarrando por los pasillos del ferry, siempre bien atento a la fauna con la que poder interactuar. Y luego en la disco donde, atentos, estaban pinchando Daft Punk y derrepente nos hacen una mezcla con "Boys, boys, boys" de Sabrina y luego otra mezcla con Gloria Estefan... no he escuchado crimen igual en mi vida. Nos fuimos a sobar cansaditos y ya por la mañana llegamos a Estocolmo donde los tres días que estuvimos allí hicimos lo mismo que en Helsinki. Yo ya no sabía si podríamos llegar salvos a Madrid, y tampoco es que me importase mucho... lo que queríamos era pasárnoslo BIEN. Gracias a Eli en Estocolmo por dejarnos su apartamento, y por ser tan maja. Espero volver a verla alguna vez. Estocolmo es una ciudad INCREÍBLE... no he visto lugar tan bonito (de momento) y tan inspirador, envuelto en la bruma en la que duermen los vampiros (y vampiras...). Perdimos los papeles un poco bastante por las noches suecas y el viernes volvimos en ferry otra vez a Estocolomo, dónde repetimos la operación pero había más ambiente y más fiesta, por lo que fue más divertido. Fólax y yo le echamos una pelea a una botella de Jack Daniels, que tenía perdida de antemano, y luego tiramos de más Jagger (el licor del Olimpo, oiga)... muchas cosas que contar, entre ellas que volví a hacer el capullo (esta vez por partida doble) en otro momento clave en el que me lo podía haber pasado muy bien, pero vamos, que donde estén los amigos que se quite el resto. Apenas dormimos (Carlos y yo) pues estuvimos faranduleando hasta casi dos horas antes de atracar en Helsinki. Y Gonzalo se convirtió en el cazador de la botella de litro de Jager... licor que le acompañó todo el periplo. El último día en Helsinki no se crean que fue más suave ni mucho menos. Estábamos derrotados pero un par de comidas basura nos hicieron remontar el vuelo y aprovechamos los vasos del Mc Donalds para acabar con la última botella de whiski que nos quedaba. Luego nos fuimos al Garitazo de Helsinki 'Rose Garden' (y además que sí, era un puto jardín de 'rosas'...) porque por allí andaban los colegas que conocimos el primer día. Pedazo de discoteca en plan 'SOMA' (los que lo conozcáis sabréis a qué me refiero) con una DJ sueca que válgame... a ver si viene al Low a pinchar un día... y le digo dos cosas... Al final acabamos resudados y de camino a la estación para recoger nuestros macutos y marcharnos rápidos al aeropuerto que regresábamos a Madrid a las 7:00 a.m... de empalmada de nuevo, sí.
Damas y caballeros, me callo muchas cosas del viaje. El próximo post lo dedicaré a resumir este post con material gráfico y de manera breve... Ha sido un viaje maravill-OSO. Gracias a mis compañeros por hacerme morir de la risa.